El tropo del viaje del tiempo, es uno de los más populares de la ciencia ficción. Por lo que no sorprende que el escritor Stephen King lo haya explorado en su fascinante novela 22.11.63. En la ficción, analiza la posibilidad de intervenir en un hecho histórico doloroso. La muerte de John F. Kennedy, es uno de los hitos trágicos de la cultura estadounidense. Uno, que marcó un antes y un después, en la manera en que el país se comprende. Por lo que la combinación entre un escenario semejante y la ciencia ficción pura, puede llegar a lugares nuevos y apasionantes sobre conceptos como la predestinación y la sustancia de la realidad.
La adaptación de la novela, juega con ambas cosas y le añade un elemento misterioso. 22.11.63 logra, en ocho episodios, analizar todo un recorrido a través de una premisa asombrosa. A saber: un tipo de viaje en el tiempo que permite, además, cambiar el pasado en beneficio del viajero. Por lo que Jake (James Franco), deberá tomar una decisión sobre si intervenir en una línea de eventos que sacudieron al mundo como lo conoce o dar un paso atrás. Todo eso, para cumplir la última voluntad de Al (Chris Cooper), a punto de morir de cáncer. Este descubrió el espacio que le permite ir al pasado y sus propiedades, pero ya no tiene tiempo para intentar él mismo, una hazaña que cambiaría el futuro por completo. Salvar la vida del malogrado presidente Kennedy y así, permitirle seguir en el poder.
Se trata, claro está, de una disyuntiva atravesada por intereses políticos, emocionales y la propia manera en que Jake comprende todo lo relacionado con la cultura. ¿Es necesario evitar la muerte de un hombre cuyas elecciones cambiarán todo lo que conoce? Después de todo, Kennedy antes de morir, era la representación de un tipo de evolución social en Norteamérica que fue truncada por su desaparición física. La serie analiza la idea de exacta manera que el libro ¿Qué puede esperarse de la reconstrucción de una línea temporal bajo consecuencias imprevisibles?
La responsabilidad del viaje en el tiempo
Una de las cosas de mayor interés de 22.11.63 es que el guion de Bridget Carpenter y Brian Nelson, no está muy interesado en cómo pasa el viaje en el tiempo. Como en la novela, la trama de la serie se basa en que la posibilidad es real. Por lo que Al tiene planes concretos para eso, pero que no puede terminarlos. Por otro lado, el argumento hace énfasis en el deber moral y la responsabilidad ética. Jake descubre pronto que viajar en el tiempo no es solo una aventura científica — que también lo es — sino que pondrá a pruebas sus compromisos y valores.
Eso, al comprobar que cambiar el pasado siempre será una resolución personal, aunque crea que puede ser una con un propósito mayor. A medida que el viajero comprende que lo que haga repercutirá no solo en su vida, sino en todo lo que conoce, deberá tomar una decisión. La de anticipar que las consecuencias no sean solo un acto de egoísmo. Lo que le lleva a preguntarse si cada acción que lleva a cabo, está destinada a corregir errores y hacer todo el escenario político y social mejor. Pero, ¿es posible algo semejante? El libro plantea la disyuntiva que el acto de cambiar un evento específico es un cataclismo en la raíz misma de la realidad. Un punto de vista que la serie plantea al permitir a Jake contemplar la paradoja entera desde la conciencia del bien y del mal.
Kennedy, conocido por sus luchas sociales y un importante legado político, es el centro de las preguntas que Jake se plantea. En especial, cuando la posibilidad de salvar la vida de la célebre figura, se hace más cercana. Además, Jake tiene una ventaja. En cada ocasión que atraviesa el portal que le permite viajar en el tiempo, vuelve a comenzar el mismo día que dejó atrás. De modo que puede aprender de sus errores y cada situación ocurrida en el fatídico 22 de noviembre de 1963. Solo que, a medida que aprende un poco más del viaje en el tiempo y todo lo que se relaciona con él, las preguntas acerca de su supuesta misión se hacen más urgentes y dolorosas.
Una serie para los amantes de Stephen King
Su llegada a Prime Video es una oportunidad para explorar en su complejo e interesante mundo. De la comprensión del tiempo como determinaciones que pueden ser cambiadas — o, en cualquier caso, podrían serlo — a la moral de tomar decisiones colectivas desde un punto de vista egoístas. La serie es un disfrute para los amantes de la ciencia ficción y también, de la crónica histórica.
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Con su cuidada ambientación y brillantes actuaciones, 22.11.63 se hace preguntas complicadas a la vez que resulta apasionante en su conjunto. Para cuando Jake finalmente afronta la realidad de lo que hará, la conclusión resulta dolorosa y asombrosa. Al final, todos tenemos intereses y obsesiones, que sin duda, están por encima del bien común. El mayor mensaje de la serie.